Dos personas habitan en mí: una, la que no podía acabarse el segundo plato de alubias estofadas hoy por la tarde; dos, la que mataría ahora por lo que quedó de ese segundo plato.
Dos personas habitan en mí: una, la que no podía acabarse el segundo plato de alubias estofadas hoy por la tarde; dos, la que mataría ahora por lo que quedó de ese segundo plato.
El de la izquierda, el que estaba ahíto; el de la derecha, el que ruge de hambre ahora.
Ocurrencias “a postreriori”.
Dame ni que sea unas piparras, tocayo.