Soy ecologista y durante 30 años nadie me ha prohibido, detenido, juzgado ni condenado por mantener, entresacar y cortar ramas y troncos de este pequeño bosque de mi propiedad, en Peñacaballera, Salamanca La madera ya no la pagan como antes, pero su valor natural no tiene precio. Yo lo sigo cuidando