El dolor más grande es que los asesinados ya no respirarán. El individuo este, sí. Él seguirá respirando. Y no sería de extrañar que a su vuelta, lo reciban como a un héroe los mismos que no esconden su sonrisa cada día, a cada matanza.
El dolor más grande es que los asesinados ya no respirarán. El individuo este, sí. Él seguirá respirando. Y no sería de extrañar que a su vuelta, lo reciban como a un héroe los mismos que no esconden su sonrisa cada día, a cada matanza.
No replies