¡¡Pero si el cordero quita el pecado del mundo!!
Más para nosotros, oye. A ver si se lo comieron los apóstoles y lo de los romanos era una excusa fácil. Aparta, Umberto Eco, que subo.
Nunca creí que iba a poder verme aplaudiendo a Franco (a FJ Franco, eso sí).
Poco corres para lo que deberías correr.